Si existiera un lugar propenso para la lectura, la meditación y la soledad, sería esta finca, Gualivá, a las afueras de Sasaima en Cundinamarca. Acogida entre las montañas de Sasaima y La Vega, con quebradas, bosques y una vegetación abundante, se encuentra este rincón de la naturaleza. En sus 3 fanegadas de terreno, se peude observar una gran variedad de aves y concer cultivos de cafe y cacao.

Llegamos a través de un camino destapado entre cafetales a una casa de madera de un piso. En sus 240 m2, tiene dos salas, cocina abierta, 3 alcobas y 3 baños. Además de una terraza cubierta que recorre dos lados de la casa.

El diseño de la casa es sencilla y abierta, con techos altos y espacios armoniosos. Se usan algunas variedades de madera tropical y piedra de la zona creando un entorno que inspira reposo. La cocina, en forma de «L» e integrada con la zona social, tiene todo lo necesario para cocinar… de hecho es un lugar magnifico para compartir en la cocina en grupos pequeños.

En el jardín está la piscina, que cuenta con calefacción solar; además de muchos especies de plantas tales como papaya, grosella, café, y fruta de pan, entre otras. La quebrada Gualivá está a 5 minutos caminando dentro de la finca. Esta finca ofrece espacios privados para contemplar la naturaleza.